El Torneo
Municipal de fútbol, ese que se inicio alla por finales de Noviembre,
que insolitamente se paro por un mes llego a su fin, y Ayacua fue el
justo campeon del certamen.
Ayacua
conformado por un grupo de jugadores que hace 5 años con algunas
variantes vienen jugando juntos, fue de menor a mayor en el torneo,
clásifico en un grupo con 3 muy buenos equipos como La Luisa y San
Carlos, en esos primeros encuentros se podia ver que el elenco de la
Av. Presidente perón era ordenado, sabia bien a que jugaba pero le
faltaba aceitar algunas cuestiones en lo que tenia que ver con el manejo
de la pelota.
Cuando
regreso el certamen luego del parate en la semifinal con Los 14, empezo
a verse la mejor versión de este elenco, y en ese encuentro despegando
un muy buen fútbol derroto 5 a 1 al elenco de la calle Centenario y se
metio en la final ante La Luisa, un elenco con muy buenas
individualidades y tambien con jugadores acostumbrados a este tipos de
instancias.
Orden,
entrega e inteligencia para plantear el partido fueron los atributos
que le permitieron sacar ventajas a Ayacua en dos muy duras finales
imponiendose en la ida por 2 a 1 e igualando en 1 en el encuentro de
vuelta, el conjunto que debido a su lesión en la rodilla tuvo como
referente fuera de la cancha a Martin Villanueva, aunque se calzo el
buzo en la semifinal y tuvo un buen desempeño aun sin poderse afirmar en
una pierna supo maniatar en gran parte de los dos encuentros a
jugadores muy veloces y de buen manejo como Ruben Gomez, Natan Lopez,
Agustin Delpelo, Agustin Gardiner o en el 2do encuentro aun dando
ventajas desde lo fisico por su lesión en el muslo a un jugador
diferente como Leo Grassi, tambier frenar las siempre productivas
subidas de Maximiliano Cruz y minimizar un arma que habia sido muy
importante en La Luisa como el juego aereo.
un
equipo que se asento en un arquer muy seguro como Diego Diaz, en dos
centrales que sin duda son de los mejores de fútbol local como Juanse
Nadal y Esteban Piassalle, con buenas actuaciones de Francisco Surita,
Carlos Marshall, Lucas Gomez o Agustin Sanchez segun quien ocupara las
bandas, con Maxi Cajales siendo el equilibrio y la lucha en el medio
campo, con el incalsable ida y vuelta de Maxi Bourdieu aportando
desequilibrio al igual que Gonzalo Piovani, con un jugador distinto con
chapa de crak como Gabriel Diaz, y arriba toda la experiencia de Gastón
Biain y Agustin Migñone uno de esos delanteros desequilibrantes que
siempre obliga a la defennsa rival, ademas relevos que cuando ingresaron
estuvieron a la altura de las circuntancias como Laurens, Santiago
Diaz, el mismo Seba Bonino aun con dolencias fisicas.
Para
destacar el sacrificio de muchos de los chicos que componen este grupo
que se venian desde Buenos Aires donde estudian o trabajan durante la
semana a disputar los encuentros.
Lo
lamentable fue el cierre del torneo cuando los chicos de Ayacua se
regocijaban con el festejo y las autoridades se encontraban en el centro
de la cancha para hacer entrega de los trofeos al campeón y al sub
campeón un grupo de imbeciles desde la calle Esteban Dalio arrojaron
piedras al centro del terreno de juego que solo por una cuestión de
punteria no terminaron con algun lastimado, una triste realidad de la
violencia que la sociedad traslada al fútbol de la que nuestra ciudad no
está ajena.
Vale a modo de homenaje para este grupo dejar un fragmento del libro " Cronicas de un Angel Gris" de Alejandro Dolina
Manuel Mandeb, que casi siempre oficiaba de elector, observó que sus
decisiones no siempre recaían sobre los más hábiles. En un principio se
creyó poseedor de vaya a saber qué sutilezas de orden técnico, que le
hacían preferir compañeros que reunían ciertas cualidades.
Pero un día comprendió que lo que en verdad deseaba, era jugar con sus amigos más queridos. Por eso elegía a los que estaban más cerca de su corazón, aunque no fueran tan capaces.
El criterio de Mandeb parece apenas sentimental, pero es también estratégico. Uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudarán, lo comprenderán, lo alentarán y lo perdonarán. Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible. Y si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con los extraños o los indeseables.
Pero un día comprendió que lo que en verdad deseaba, era jugar con sus amigos más queridos. Por eso elegía a los que estaban más cerca de su corazón, aunque no fueran tan capaces.
El criterio de Mandeb parece apenas sentimental, pero es también estratégico. Uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudarán, lo comprenderán, lo alentarán y lo perdonarán. Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible. Y si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con los extraños o los indeseables.
Felicitaciones Campeones.
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